Acoso Laboral


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Acoso laboral

Este artículo va dedicado a las víctimas de acoso, con mi afecto y empatía.

En primer lugar, vamos a desarrollar este tema desde un punto de vista psicológico. Se trata de ofrecer la mejor resistencia posible a los acosadores (normalmente actúan en grupo) con la intención de desbaratar sus pretensiones ante los demás (compañeros, jefes, personas ajenas a la organización, etc.).

Lo que pretenden los acosadores, en último término, es el abandono del puesto de trabajo por parte de la víctima, la cual es considerada por sus agresores como una molestia o amenaza para sus intereses personales (necesidad de extorsión, ambición de poder, de riquezas, posición social, mantenimiento del statu quo, etc.). Se trata de echarle físicamente del centro de trabajo. Cuando la víctima desaparece, renuncia o pide un cambio de destino; ellos ganan.

Debemos considerar que el perfil del acosador esconde una inferioridad psicológica que, por supuesto, el acosador negará cuando le sea presentada. No es buena idea desbaratar racionalmente las pretensiones del acosador atacando sus intereses ocultos, normalmente los acosadores confían en el apoyo social que les da el grupo y eso les hace sentirse fuertes (pese a que muchos les critiquen en secreto).

Prefiero proponer técnicas de “aikido conversacional”, como expliqué en el post titulado Conversaciones poderosas. Se trata de lograr que el intento de agresión verbal se vuelva contra el acosador, para ello debemos estar muy atentos a los chistes, chascarrillos, comentarios o afirmaciones que vayan dirigidos a nuestra persona (esta es una de las dificultades de la técnica, estar objetivamente convencidos (1) de que el mensaje va dirigido a nuestra persona; en caso de duda, el silencio es la mejor opción).

Pongamos un ejemplo: uno de los acosadores afirma en voz alta (para que todos se enteren) “las mujeres que llevan tacones son todas unas frescas” (suponiendo que la víctima suela calzar zapatos de tacón).

Respuesta: “No sabía que ver una mujer con tacones te resultase tan provocador, será mejor que evites caminar a mi lado porque yo disfruto llevando tacones”.

Si el acosador persiste en su idea, la víctima puede optar por una retirada táctica “no pensé que mi comentario te molestase tanto, mejor me retiro a mi puesto” o pedir otras opiniones de la gente a la que considera sus “apoyos necesarios”.

Otro ejemplo, tu jefa se acerca a tu mesa y te espeta lo siguiente con la intención de que se entere el resto de tus compañeros: “Llevas media hora viendo fotos en el ordenador, ¿cuándo vas a terminar el informe que te pedí esta mañana?”

Si te pones a la defensiva estás dejando espacio para que quede impune la agresión a tu autoestima, yo propongo alguna de estas tres respuestas:

  1. “No sabía que tuvieras tanta prisa como para que tuviera que dejarlo todo en segundo plano…”
  2. “Me molesta que me digas eso de esta manera, prefiero que me lo digas en privado para poder explicarte las razones por las que he tenido que hacer una pausa en mi trabajo.”
  3. “Debe de sobrarte tiempo para dedicarlo a mirar las pantallas de las personas que trabajamos en esta empresa, mejor te pido que dediques algo de tiempo a concretar las especificidades de cada trabajo y las dificultades que nos encontramos quienes tenemos que resolverlo.”

La idea es desacreditar el comentario sin atacar a la persona que lo defiende. Si no intentamos hostigar al acosador, no nos rebajamos a su mismo nivel (aunque la tercera opción tiene algo de crítica irónica, ¡cuidado!).

Otra cosa que tenemos que trabajar es la autoestima. La táctica de los acosadores consiste en desgastarnos, minar nuestras fuerzas hasta que nos hacen creer que merecemos lo que nos está pasando.

Para contrarrestar esto lo mejor es revisar nuestros métodos de trabajo y reconsiderar los posibles fallos por los que puedan atacarnos. Sé autocrítico y repasa objetivamente los resultados que estás consiguiendo; si tienes alguna propuesta para mejorar, es el momento de tomar la iniciativa y proponerla ante la persona que pueda impulsarla. No dejes de preguntarte a ti mismo en qué puedes mejorar en tu trabajo y no asumas ningún mal resultado sin haberlo analizado y sometido a un proceso de revisión que incluya aquellos aspectos en los que tu responsabilidad te faculte a obrar profesionalmente mejor.

Si te falta capacitación, búscala, no te conformes con esperar a que la empresa te la proporcione. En Internet abundan los cursos gratuitos y a precios muy competitivos relacionados con las especialidades más demandadas por las empresas. Pide a tus compañeros de más confianza que te den retroalimentación (feedback) sobre tu forma de trabajar, tu dedicación y tus resultados; no eches en saco roto las sugerencias y propuestas que te hagan aquellos que te traten con respeto y consideración, una crítica de estas personas puede ser muy valiosa para mejorar. Denuncia la situación por los cauces establecidos (dentro y fuera de la empresa) y reúne cuantas evidencias se pongan a tu alcance, incluso grabaciones de conversaciones de trabajo (2).

Valora la posibilidad de emprender acciones legales si la situación lo requiere y no dejes que el problema condicione ni tu vida profesional ni, mucho menos, tu vida personal. Adopta medidas de protección que te garanticen un mínimo de serenidad para afrontar esta situación por el tiempo que dure. A veces los acosadores son puestos en evidencia con el paso del tiempo, si la situación se alarga más de lo que tú puedes soportar, debes valorar las repercusiones que esta situación provoca a tu salud física y mental. La falta de sueño prolongada, la apatía o la pérdida de interés por el trabajo son síntomas de que la situación te está empezando a superar, pide ayuda profesional antes de llegar a tomar decisiones de las que luego te podrías arrepentir. Aquí te dejo dos referencias para pedir apoyo:

http://avalc.blogspot.com.es/

http://www.mobbingmadrid.org/

Sí prefieres que estudiemos el caso desde Liderazgo Evolutivo, puedes escribirnos a esta cuenta: alex@liderazgoevolutivo.com

No dejes que nadie arruine tus ganas de disfrutar con tu trabajo.

Alex Mora

Coach

 

 

  1. Objetivamente convencidos: que nuestra convicción se apoye en una o más certezas incuestionables. Normalmente el acosador gana poder cuando nos volvemos paranoicos y vemos “fantasmas” donde nadie más los ve. Recomiendo tener la cabeza fría, los ojos abiertos y las manos extendidas para juntarlas con otras víctimas (las llamaremos “apoyos necesarios”).
  2. Consulta con un abogado a este respecto.

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