Esta frase enmarca el pensamiento de Kant, uno de los grandes filósofos y el terror de los estudiantes de bachiller cuando piensan en el examen de acceso a la universidad.
En el contexto de la vida de Kant puede equivaler a “Atrévete a pensar”, esto es lo que significa filosofar. No tiene que ver con hacerse un devoralibros, sino con la idea de “meterse en problemas”, en el sentido de plantearse las cosas que hacemos por costumbre, es decir atreverse a salir de la Zona de confort, expresión habitual con la que un coach estimula a su cliente a cambiar algunas cosas de su quehacer cotidiano.
Una de las ideas más poderosos de Kant es la de que el hombre que descubre -él diría “el sujeto del conocimiento”, aunque esto lo convertiría en un autor mucho más complejo de lo que fue realmente- genera la realidad de las cosas. Esa realidad no existiría si no fuera porque la buscamos y la descubrimos. El esfuerzo de conocer es un viaje por el que vamos encontrando cosas y cambiando nuestra forma de ver el mundo, a la vez que transformamos el propio mundo. Esto contradice, en su nivel más profundo, la afirmación tan tajante de que “las cosas son como son”.
Este proceso de búsqueda nos lleva a encontrar cosas que no íbamos buscando, a lo que llamamos serendipias (en el sentido de “chiripa”), algunas de las cuales pueden cambiar nuestra vida y la de los demás. Solo si nos atrevemos a dar el primer paso, estaremos comportándonos como auténticos sapiens -homo sapiens, el hombre que sabe- y comenzaremos el proceso de convertirnos en las personas que podemos llegar a ser, daremos un sentido a nuestras vidas.
Alex Mora
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